Situaciones de Delia Domínguez

Con cierta gente,
uno se siente incómodo
como cuando tiene arena en el espinazo
o un clavo en la bota
y busca la puerta de salida con urgencia.
Con otra gente,
uno estira las piernas -se afloja-
enciende un cigarrillo
lee un verso
se agarra de las mechas por ideas políticas,
habla del hijo que se engendró una vez
entre girasoles,
recibe un puñete de frente,
lo devuelve,
come pan
y duerme en la misma pieza.

Por suerte
ésta última es la mayoría.
Todo es cuestión de encontrarse.