Mientras descanso bajo los abedules
recuerdo tiempos ya pasados,
cuando con mi dolor adolescente
un mismo olor atravesaba el bosque.
En este lugar mismo, sobre el musgo,
tímido y ardoroso, yo soñaba
con una joven rubia y muy esbelta,
primera rosa para mi corona.
Pasado el tiempo envejeció mi sueño
y se alejó de mí. Mas otro sobrevino.
¡Cuánto hace ya que me dijera adiós!
¿Con quién se fue? ¿Quién fue?
Aún hoy no lo sé, solamente que era
graciosa, esbelta y rubia de cabellos.