¿Qué le habrás dicho a la Muerte
cuando llegó?
¿Qué le habrás dicho
asomada a esa ventana
que tú sola habías colocado
en el muro más alto?
Espera, que aún canto.
Espera, que a la bastilla
le faltan diez puntadas
e hilo tan lentamente.
Espera que le ponga sal a la sopa.
¿Qué le dijiste
cuando faltaba apenas
un grano de arena?
Tomado de Iridio, Ed. El Cálamo, Guadalajara, México, 2000.