Este tiempo. La lluvia.
Nadie venía a verme por la tarde
y el corazón
opuesto a las palabras,
rendía su homenaje silencioso.
Lejos hablaba el mar, la noche.
Siempre los pasajeros
sienten terror del cielo
y nadie representa la comedia
con el tono de voz apetecido.
Seguía el agua golpeando
y nostálgicos paraguas
redimían la aurora.
Vengo del aire o nunca
decías con tus labios
y más allá, muy lejos,
respiraban los hombres su deseo.
Cada encuentro sucede
apetecido. Todos tienen temor,
es algo repentino.
Y encuentro el horizonte,
el sol guillotinado.
Nostálgico recuerdo.
Ahora y llueve digo
como amor sin palabras:
Sucede le pensamiento.