TAN CALLANDO de Gonzalo Rojas

Lo que me gusta del cuadro es que el muerto
da a la ventana y la ventana
está abierta y el oxígeno
hace de las suyas con él, le canta y
le baila, lo hace pensar
en otro tiempo como si esto de yacer
ahí nadando en lo lívido
fuera parte del insomnio. En cuanto
a las rosas cuyos pecíolos no hacen sino crecer
afuera, entre el pasto, ésas germinan
a la velocidad de sus uñas.
Ventalle
de los muertos.