¡Oh negra flor de Idealismo!
¡Oh hiena de diplomacia
con bilis de aristocracia
y lepra azul de idealismo!…
Es un cáncer tu erotismo
de absurdidad taciturna,
y florece en mi saturna
fiebre de virus madrastros,
como un cultivo de astros
en la gangrena nocturna.
Te llevo en el corazón,
nimbada de mi sofisma,
como un siniestro aneurisma
que rompe mi corazón…
¡Oh Monstrua! Mi ulceración
en tu lirismo retoña,
y tu idílica zampoña
no es más que parasitaria
bordona patibularia
de mi celeste carroña!
¡Oh musical y suicida
tarántula abracadabra
de mi fanfarria macabra
y de mi parche suicida!…
¡Infame! En tu desabrida
rapacidad de perjura,
tu sugestión me sulfura
con el horrendo apetito
que aboca por el Delito
la tenebrosa locura!