Torre de Hércules de César Antonio Molina

En la noche siega la hierba de oro.

Siluetas perdidas viven de su vida,
como yo,
y las estrellas fugaces
que van cual surco abierto
en la espuma del mar tras los buques.
Se diría que su ojo, al que ilumina la esperanza,
también brilla eterno en la otra orilla.