Si últimamente he sido soñador
fue por sentirte,
por hablarte,
por despertar
junto
a tu boca.
Con eso me bastaba.
Por si cambio de nombre en esta noche,
créeme,
esto es todo
lo que puedo escribir
para ti.
Tu nombre (y tu sonrisa)
significan mi elipse
remendada:
créeme,
aquí están
todas las viejas lágrimas, las bromas
y también
las preguntas.