De quién es este bosque, saber creo
-en el poblado su morada veo-
no habrá de sorprenderme contemplando
cubrir su bosque el invernal blanqueo.
Mi caballito se dirá extrañado
que, sin granja cercana, hemos parado
de este año en la tarde más oscura,
entre el bosque y el lago congelado.
Sacudiéndose, agita su cencerro
preguntando quizá: -¿será algún yerro?
Sólo el cierzo y los copos rumorean
blandamente del bosque en el encierro.
Yo, el bosque hondo y fusco veo risueño…
Mas, en cumplir promesas tengo empeño,
y millas debo andar antes del sueño,
un largo andar para llegar al sueño.
Versión de Agustí Bartra