Una ciudad y un hombre. Un hombre solo
Que avanza por las calles atestadas
En busca de la paz. No encuentra a nadie.
Pronto será de noche y siente frío.
Busca su propio rostro, el rostro efímero
Que va cambiando el mundo, las razones
De esta ciudad vacía de razones,
Perdida en el espacio y en el tiempo.
Entonces acompañan los recuerdos.
Entonces las palabras acompañan.
Sin nada por hacer, también entonces
Sucede en ocasiones la ternura.