Un hombre está sentado ante otro hombre.
El uno con terror dirige la mirada al cielo raso.
El otro se concentra en el cielo de la boca.
El uno siente un miedo profundo de sufrir
y así lo expresa: me lastima lo que hace.
No podemos decir que el otro lo ha escuchado,
sin embargo murmura tal vez para sí mismo:
Si extirpo la raíz lo habré salvado, pero duele.