Ven de Manuel María Flores

¿Me visita tu espíritu, amor mío?
Yo no lo sé; pero tu imagen bella
vino a mi lado, y en el mundo vago
del sueño, anoche, deliré con ella.

Era Chapultepec, y la ancha sombra
del canoso Alruehuelt nos daba abrigo,
la luna llena iluminaba el bosque y
estábamos, mi vida, sin testigo.

Tú sabes lo demás….El alma mía
en su fiebre de amor feliz y loca,
a cada beso tuyo agonizaba
en el nido de amores de tu boca.

¡Oh, ven mi desposada! En el ramaje
el rayo de la luna desfallece,
y amor, el mismo amor, tálamo blando
en las hojas caídas nos ofrece.

Llegan allí, perdidos en las brisas
que el bosque perfumadas atraviesan,
arrullos de torcaces que se llaman,
suspiros de las hojas que se besan.

¡Oh, ven…! ¿Adónde estás…? Envíame loca
en el aire que pasa tus caricias,
que yo en el aire beberé tus besos
y mi alma embriagaré con tus delicias.

Ven a la gruta en que el placer anida;
el viejo bosque temblará de amores,
suspirarán de amor todas las brisas
Y morirán de amor todas las flores.

Apagará tus besos el susurro
del aura que suspira en los follajes,
y arrullarán tu sueño entre mis brazos
los himnos de los pájaros salvajes.

Y a la luz indecisa de la luna
allá a lo lejos, y de ti celosa,
la antigua Diana, de los viejos bosques
diosa caída, vagará medrosa.

La noche azul nos brinda su misterio
y templo el bosque a nuestro amor ofrece:
mi alma te busca, mi pasión te espera
y ebrio de amor mi corazón fallece.

¡Oh, ven, mi seducción, mi cariñosa!
ven a la gruta en que el placer anida,
que la dicha no mata…y si me mata
tú con tus besos me darás la vida.