Ven aquí, olvida el decorado,
siluetea mi cuerpo con tus ojos.
Voy a restregar estas flores
en tu barba de dos días.
Y aunque pienso que antes debieras afeitarte,
trataré de olvidar el daño que me harás.
Me imagino los pétalos rojos en tu boca,
mis uñas en tus nalgas,
tus dientes en mi lengua,
tus ojos tan abiertos
en el tiempo compartido
y sé
que vas a despeinarme.