Vestigio de Antonio Cabrera

«pues dejas de ser luz
para llamarte tiempo”
F.B.

A Francisco Brines

Una luz enredada entre objetos y libros
–una luz que es la huella que ha dejado la luz–
ahora me descubre la presencia del tiempo,
su transcurso y su instante.
A mi lado, el vestigio
de la mañana ida; delante de mis ojos,
la fórmula presente de lo que ya se fue.
Hay en todo un destello, una pátina apenas;
es un barniz remoto: está diciendo algo
que ya no puede oírse.
Los muebles se resignan
(saben obedecer a lo sutil
como asienten al tacto)
y despliegan su astucia,
y bendicen la atmósfera y el orden
que así se perfeccionan.
Yo estoy formando parte
de este cuadro secreto, de estas puras pavesas,
de esta mañana ida y demorada y frágil.
Mi presencia interroga pero se hunde en el tiempo,
la arena que lo es todo y no puede escuchar.