Viernes 18 de Otoniel Guevara

Cierro el tema de tu falta de existencia.
Abro, en cambio, los libros, la tarde, las piernas
de tu mejor amiga. No acepto adjetivos para esto.
Simplemente me voy quedando solo, lo que me rodea lo hace
con el claro propósito de abandonarme, de asfixiarme
con mi propia sangre, de llevarse mi aire, mis besos, mi piel
y mis cordales lo más triste posible de donde yo navego, de
donde
vos amás, de donde ya no soy más que el miserable
que lo haperdido todo para poder sentarse
en un ladrillo lleno de musgo a escribir tu nombre
que maldigo, a dibujar
tu cuerpo que con rabia deseo.
Y a borrar. Borrar y borrar con las manos paralizadas
por el dolor. Borrar con las uñas, con el sueño, con la nada.
Borrarte con todas mis erecciones.

Es posible que vuelva a ver la luz, pero ahora
ya amo las sobmras y se me antoja que la noche es tu sexo
y ya no quiero salir de ella, de él, de ya no sé qué hacer.