No les bastó el sudor de los obreros
no les bastó el llanto de las madres
querían inundar tus orejas con viudas
querían asfixiarte con cadáveres
Te soñaban ‘Museo Nacional del Genocidio’
‘Espejo del Horror’
‘Lámpara de Sumisión’ te soñaban
Y vos siempre vecino de los miserables
anunciando el mar con tu sombrero de ninfas
hermano del invierno y de su furia
fuiste fluyendo hasta todos los puertos del mundo
llevando en tus bolsillos
todo el humus amor de nuestros errantes cadáveres
toda las imple agonía de tu pueblo en llamas.
Poemas de Otoniel Guevara
a Antonia Giroldo.
Introduzco mi mano en el interior de este cuerpo de Rimbaud para abandonar lo sucio y deleznable, para arrancar lo rancio y lo raído, la desesperanza, el sordo vivir sin poder juntar las manos cuando llueve, sin poder elevar una oración cuando el terremoto atraganta.
Tu pelo bien sería la risa de los árboles
si no fuese por su loca manía de enredarse en los labios
Tu pelo es como un grito de ternura
tratando de volar de tu cabeza
tu pelo es una inmensidad abierta
tu pelo es la guarida
donde cierne travesuras mi soledad
tu pelo es corazón de seis oídos
para mis doce cuerdas incendiarias
tu pelo fue sembrado por un dios
para que yo le celebrara sus aromas
varios lugares, de 1986 a 1996
a Tatiana Sledzinski
Bien: engañémonos:
Procuremos el bien a los descalzos
Abonemos el huerto y los trabajos
Ofrezcamos amor sin condiciones
Evitemos rascarnos los temores
Creamos en la virgen y en la patria
Demos la vida por nuestro semejante
Seamos como el Che como Jesús como el Demonio:
Ángeles hartos de cualquier esperanza
San Salvador:
un tren
sobre los guijarros de la noche
Vagones apestados de mendigos
Avenidas de Dante y Diosmeguarde
San Salvador no tiene nombre propio:
se llama miseluz guarhumo puñaluna
Un fósforo se enciende
y brillan las heridas
San Salvador ya no echa de menos a la lluvia
Se convirtió en maroma que observamos
con la boca redonda
de sorpresa
y de hambre
En mi infancia
corría un río que me pertenecía
Me hizo creer que su aroma de piedra encantada
era como las simples palabras de mi madre
Lo contemplaba adquirir el color de las cosas
que iba resucitando:
una rama con hojas transparentes
la indecible alegría de mis compañeros
o el fresco ángulo errático de mi pie desnudo
Mi río me arrullaba a la hora del sueño
en lugar de mi madre
Hay ocasiones en que despierto
soñando con él
Y agradezco al agua el no haber aprendido a nadar nunca
para poder ahogarme en paz en la corriente
de mi interminable río perdido
a Patricia.
¿Cuánto dur?la escena
en que mi trastornado aliento se dibuj?en tu cuello?
Ahora veo que nada. Ahora estoy seguro
que del clamor con que mis manos recibían tu cuerpo
quedan tan solo retazos nebulosos de momentos.
Si no hubiera tenido tan roto el corazón.
Madre
¿me darás la mano
para cruzar esta calle
atiborrada de basura
y brisa negra?
las farolas me llaman
con palabras revoloteantes
madre
tu fantasma sonríe a la nada
y me invade la sensación de ser el único responsable
de estas calles oscuras
y no hay un borracho que me eche una mano
un perro que me eche una cola
una muerte que me lleve
de regreso a tu vientre
Siempre manché, rasgué y detesté el uniforme.
Siempre busqué bajo las faldas de las niñas.
Y nunca encontré mi loca historia de amor.
veníamos de mundos haraposos
cargados de peleas y vejigas
nos encontramos en el apretón justo
en el beso preciso
resultó fácil conquistar las cataratas
los fuegos
los venados
la calma
y es que veníamos de mundos desnudos
donde cualquier caricia
podía ser un dios
Intentaba deshacerme de mi corazón
pero ningún mendigo tuvo a bien aceptarlo
lo icé entonces encima de los hombres
-imponente
prodigioso-
y los hombres inquirían por el patrocinador
despiadada ciudad
Camino entre las ruinas bien construidas
de una ciudad suicida
y no me siento parte.
hay cáncer ent odo esto
y yo me siento aparte.
Es de noche. No hay ruido.
La muerte ya no existe.
Todavía hay un cielo.
Luna,
laja de aroma.
Ombligo inquieto,
inquietante.
Juguete que no acaba de caer en mis manos.
Luna,
hoja martirizada por hormigas de cal.
Mi dolor está tapando tu luz,
silenciando tu voz de quietud.
Cierta vez quise cortarte para Ella, luna,
colocarte entre sus labios o su pelo,
pero sólo la hubieras convertido en paisaje,
en rupestre arte rupestre.
Yo tenía un dolor
Mudó a costumbre
Suele cerrar la puerta a cualquier hora
Juguetea con las canas de la Luna
Hace caer palabras de los árboles
Provoca estruendos en donde solo hay besos
Me lanza desnudo al mundo bajo los agüaceros
Me da de comer del pan que me ha robado
Me besa en la mejilla y jamás dice adiós
De tanto estar conmigo
se me hizo maestro
Qué pena más profunda
que muera como yo
Qué escalofriante el infierno del que ama
Macabra
su noble efervescencia de condenado
Enfila alegremente hacia el suplicio
Entrega el corazón lleno de alas
Sus ojos se extraviaron para siempre
contemplando la belleza
de un paraíso
tan solo prometido
Este día me levanté desmesuradamente tarde
Miré mis manos
Indagué mi esqueleto
El horizonte no tenía sentido
El sol tostaba los techos de las casas
En la calle
ni los perros ni los panaderos quisieron relatarme
la manera en que murió el amanece
Casi pierdo los ojos
al mirarte desnuda
Y casi los pierdo definitivamente
cuando dejé de verte
De berdad nunca importó tu mala ortografía
Si supieras cuánta compañía me hacen tus palabras
Aunque estén detenidas, aunque digan
cada bez menos cosas
Cuánta ternura cosechan
aunque no biba ni una tan sóla v
en ellas
haunque hayan haches que huyendo de la horca
se hayan hincrustado a la horilla de hun hadjetibo
Lo himportante es que no te detubiste
a pensar en los herrores
y eso no les quitó el rostro ni el llanto ni el fuego
a tus palabras.
a Roberto Armijo
El poeta en la noche eternamente extranjera
irrumpe con su lámpara de serena amargura
Sonríe a los mendigos
Sonríe a los murciélagos
Sonríe al millonario que casi lo atropella
Su lámpara se aviva
pero nadie la escucha
enterré mi testamento en tu vientre
ante la incertidumbre de los murciélagos
que no captaron la transfusión de palpitares
(cuando exhalabas mis huesos
el Universo
se hizo miles de versos
y viceversa)
con un chorro de sangre y de viento
toqué tu frente de barro
para iniciar el ritual
de la melodía
luego
buscamos la llamita verde
de todos los orígenes
e hicimos la luz
y no tu boca
porque así puedo adivinar las historias
que un beso desdibuja
Qué suerte
porque tapa tus nalgas
pero deja al descubierto tu mirada
Qué suerte
porque sus cerraduras no detienen al viento:
lo que tu falda prohibe lo inventa mi deseo
Qué suerte que tu falda
sólo tapa tu cuerpo sólo ciñe tu talle
sólo insiste en misterios
Qué suerte que tu falda
no te tape de mí.
Amonestan al hombre
que en harapos
busca a Dios en un bote de basura
¿Qué si en ningún corazón tuvo tal suerte?
¿Qué
si a los niños vio muertos en la calle?
¿Acaso usted, lector, puede ayudarle?
a Dalia, por salvarme con una manotazo de poesía.
¿Acaso se puede vivir con las gavetas vaciadas, el pelo revuelto,
la sombra marchita?
Soy un perro
poseo únicamente mi dolor
y todas las calles de la tierra
No ladro
Unicamente muerdo
No tengo pulgas no ardo en jiote el moquillo
no podrá acabar con mis días
Soy la muerte y no necesito de disfraces
No orino las paredes:
Orino el dinero de la gente
Las costumbres de la gente
Las máscaras de la gente
¿Acaso se puede morir cuando se es dueño
de un planeta entero?
Tomo la sal entre mis dedos y siento enjambres de hombres remontar parajes asesinos
atravesar oceános de infinitas incertidumbres
La sal
con toda su blancura
no pronuncia la sangre vertida tras su aroma de mar
nunca invoca la paz
muy al contrario
se devela mortaja sobre el cabello de las santas mujeres
La sal es cruel
Esther lo sabe en lo que aún le queda de corazón
pero carece de un retrato
que la haga imaginable a los sentidos
Es de la estatura de la palabra hermano
cuando la lluvia se techa de prodigios
Su seno izquierdo es una luna que renegó del cielo
y el cielo es su otro seno
No tiene nombre fijo:
A veces es torrente
a veces libertad
a veces huella
Es tan cristiana que ama a un pobre ateo
Un secreto acecha su cintura
Sus pantalones no la dejan salir
a pervertir su desnudez en mis harapos
No sabe de qué lado gotea la poesía
pero acaricia un espejismo que de sus brazos
se desliza frutoso entre sus piernas
Si alguien la encuentra no será viva o muerta
Si alguien la encuentra no obtendrá recompensa
Si alguien la encuentra ojalá y que la pierda
Es que era un pequeño paraíso
donde reía el maíz y cantaban los arriates
donde había una cueva estelar de adobe y albahaca
donde llorábamos al mirarnos desnudos
brillando con los salpiquetes de luz
con que nos enluzaba la luna
donde la puerta hacía crac y caía
y tú decías te amo y me caía
y nos amábamos y el cielo
se caía.
para Matilde Elena López,
como un asunto del corazón.
Hoy quisiera recuperar el tiempo perdido:
años, meses, años,
días y momentos.
De haber culminado con éxito mi fuga del hogar
cuando a los once me emboscaron hormonas y edenes
mi nombre hubiera quedado apretujado en listados mugrosos de policías sin escrúpulos ni madre
y el sinuoso Beethoven hubiera perdido un amante para sus sonatas
No hubiera tenido hijos:
me los hubiera comido.
Te devuelvo los pájaros del pecho
te devuelvo tus cartas (sin palabras)
te devuelvo los pies sobre la tierra
te devuelvo tus sílabas secretas
te devuelvo las llaves de mi sueño
te devuelvo el placer que bautizaste
te devuelvo lo que me fió tu vientre
te devuelvo el sudor del cubrecama
te devuelvo el olor de los jazmines
te devuelvo el zapato que tiraste
Devolveme la calma
Cierro el tema de tu falta de existencia.
Abro, en cambio, los libros, la tarde, las piernas
de tu mejor amiga. No acepto adjetivos para esto.
Simplemente me voy quedando solo, lo que me rodea lo hace
con el claro propósito de abandonarme, de asfixiarme
con mi propia sangre, de llevarse mi aire, mis besos, mi piel
y mis cordales lo más triste posible de donde yo navego, de
donde
vos amás, de donde ya no soy más que el miserable
que lo haperdido todo para poder sentarse
en un ladrillo lleno de musgo a escribir tu nombre
que maldigo, a dibujar
tu cuerpo que con rabia deseo.
Voy a prenderme de sus maldiciones
Necesito tocarle
hacer de este huracán semilla o sangre
emprender los caminos de regreso
hasta la incierta estación
de su cuerpo de espiga diseminando desnudeces
Traerla a este pecho que orinó las banderas de la pureza
Frotarla a este penacho donde escribe la tierra
sus condenas
su ojo en jabalí su milagro floreciendo en la miseria
su champa de placer la lava destructora de fronteras
Acercarla al temblor de mis hogueras
que me estreche esta piel hecha zarzales
Herime Cobijame
Este amor va gritando lunas mustias
y la muerte ronda el cenit de mis hambres
Amar es coincidir
Bajar del autobús y que la lluvia
salude con tu aroma
Buscar medicamentos
y encontrar el botiquín
repleto con tus versos
Tomar un verso, un beso.
Eso acaricia
Y sana
El desamor es no dar chance a la quietud
Es no coincidir
en que el amor es tan sólo
un sueño