¿Por qué sigo empeñado en encontrar
la mujer que imagina uno en su mente?
Y, además, ¿es que existe esa mujer?
Muchos ya descubrieron al principio
que esa mujer no existe. Al darse cuenta
buscaron al azar una cercana.
Renunciaron al sueño y se adaptaron
a una pequeña dicha y su tristeza.
La vida no da más, seguramente.