Ya no hay aquella simple
y turbia desnudez.
Tus muslos ya no huelen
a canciones agrestes.
Tus manos ya no tientan
la risa curva y acre.
Como si hubiese pleno oscuro.
Ya no hay aquella simple
y turbia desnudez.
Tus muslos ya no huelen
a canciones agrestes.
Tus manos ya no tientan
la risa curva y acre.
Como si hubiese pleno oscuro.