Yo te fui desnudando de ti mismo de Dulce María Loynaz

Yo te fui desnudando de ti mismo,
de los «tus» superpuestos que la vida
te había ceñido…

Te arranqué la corteza -entera y dura-
que se creía fruta, que tenía
la forma de la fruta.

Y ante el asombro vago de tus ojos
surgiste con tus ojos aún velados
de tinieblas y asombros…

Surgiste de ti mismo; de tu misma
sombra fecunda, intacto y desgarrado
en alma viva…