Zarpó el buque, adiós dijeron los pañuelos y las manos
el adiós desde la orilla repitieron mis hermanos ….
El navío majestuoso lentamente se alejó.
En el cielo se borraron horizontes y riberas;
así en mi alma se borraron ilusiones y quimeras …..
Sobre el mar y sobre mi alma densa noche descendió.
Sobre el mar lucirá el día, y del sol los resplandores
jugarán entre las olas formando haces de colores;
brillará mañana el cielo con su manto de turquí.
El navío vagabundo entrará quizás al puerto;
pero tú en el mar perdido quedas ¡ay! corazón
muerto, y la noche es, alma mía, noche eterna para tí!
Vagarás sin tregua y sola en glacial región de nieblas,
anhelando vanamente en las lóbregas tinieblas
de las sombras impasibles, invisibles ir en pos;
corroída por ocultos, áureos sueños que abortaron,
por recuerdos que sangrientas, hondas huellas te dejaron,
obsediada por los ecos que doquier gimen ¡adiós!
Ah! si el tiempo fugaz corre, en su rápida carrera
nos arrastra, y mientras tanto cual imagen embustera
realidades e ilusiones van borrándose detrás.
Si es mentira lo pasado, lo presente ficción vana,
¿para qué buscar placeres irrisorios, que mañana
no serán sino un recuerdo añadido a los demás?
En la noche, el alma llena de congoja y desaliento,
rememora antiguas causas de pesar o de contento,
disipadas como el humo, para nunca más volver,
y contemplo con espanto el trayecto recorrido,
no por mí, por una sombra exhumada del olvido
que hoy apenas reconozco y llevó mi nombre ayer.
Y angustiada me pregunto: ¿es la vida sólo un sueño?
Y cavilo, dudo, creo y vacilo, en loco empeño
el misterio tenebroso intentando elucidar.. .
En estériles combates mi cerebro se anonada,
y aguardando sigo inquieta, a la fuerza resignada,
que la muerte al fin me venga a dormir o a despertar!