Señor, señor, me vendes emoción
antes que todo descarte el machismo
evada la lujuria
desvístame de la sumisión
Joven, joven, te vendo mis años mozos
a cambio de un poquito de emoción
sentirme elogiada un poquito
cada segundo y con tentación
Señor, señor, joven, joven
estoy barata, en oferta y promoción
no lo hago por sexo, mucho menos por compasión
sólo deseo sentirme mujer el día de hoy.