Cuando me saquen del pozo
no me invoques, amor mío,
que mis dos pechos serán
blancas rodajas del frío.
Cuando del pozo me saquen
con coronas de rocío
mal puesta tendré la boca
para tu beso, amor mío.
Cuando me saquen del pozo
no me invoques, amor mío,
que mis dos pechos serán
blancas rodajas del frío.
Cuando del pozo me saquen
con coronas de rocío
mal puesta tendré la boca
para tu beso, amor mío.
estamos bien
al mediodía
doy de comer añicos plateados y calientes
beso tu sangre y tengo así la boca pintada
y todo lo que digo me viene de tus venas
yo voy bruñendo el aire por la casa
voy frotando
frotando
frotando
el relicario hirviente de tu nombre
el dardo de Caín que me retuerce
estamos bien y tengo la mirada partida
y todo lo que como es el plato de tu muerte
Derramas,
final de la delicia,
una inicial translúcida en mi pelvis,
yo no sé qué mensaje,
qué gránulo de sal,
qué código del agua hallada entre tus sienes.
Y mi matriz es dulce
y es un astro expansivo.
Sobre tu frente
los lirios mal heridos.
Si de un racimo terso
como agosto,
al leño duro vas y vienes
¿qué me queda?
Acuno tu vehemencia,
la sosiego,
un pecho y otro doy
a tu embestida.
La carta, la jadeante,
me acuclilló en el charco rosicler
del corazón.
La carta
se humedece las manos,
sacude mi frente el lebrel de la agonía.
Yo te bendigo, dice
y hunde su lengua de papel
entre mis belfos helados.
¿Y este baño de nieve?
¿Y este aserrín de almendra en los pezones?
Y en mis regiones lunares,
¿por qué esta Pócima lenta de tu boca
volcada como aceite,
saliva somnolienta?
¿Cuáles palabras, cuáles,
me has puesto sobre el sexo?
las flores que te di
las que perdiste
siguen intactas
aquel que las vendió
hoy está muerto
donde yo te las di
hay un prostíbulo
la ciudad que nos vio
no existe ya
nuestro amor es tan sólo
letra impresa
un cadáver de tinta
que me arrastra
como a Héctor
los caballos
las flores que te di
siguen intactas
te aman aún
bajo la última
palada de tierra
Esta noche de desposada
soy mi balcón.
Ventana soy
sin otro atuendo que el del amor.
Y cuando el día
golpee en el vidrio de mi ventana
he de vestirme con mi sábana de desposada.
Que balcón soy.