Anclado en la mitad de mis sentidos,
corazón, eres barco solitario;
cuéntame el inefable itinerario
de los amores y los tiempos idos.
Velámen roto y mástiles vencidos;
flotando en el refugio del estuario,
tú quisieras un ímpetu corsario
para encontrar océanos perdidos.
Surto en mitad del alma, has escuchado
el oleaje fiel de los latidos
y no sabes aún si te han amado,
tú que conoces todos los olvidos.
¡Corazón, triste barco abandonado
y anclado en la mitad de mis sentidos!