Hay algo en ti que nunca permanece
y fluye de tu alma como un río;
algo que te ilumina y te ensombrece,
algo resplandeciente, algo sombrío,
como un ala fugaz que te ennoblece
el placer, el dolor, el albedrío.
Algunas veces goza, otras padece
lo que hay en ti que nunca será mío.
Aquello que en el éxtasis nos llega,
lo que el dolor en lágrimas entrega,
lo que el amor entrega en poderío.
Lo que está más allá de todo goce:
que siempre en el amor me desconoce
aquello en ti que nunca será mío.