Ya tengo medio siglo y sin embargo
los ojos se me van tras las muchachas.
He seguido a mis hiijas en la calle
si no me dan la cara.
¿Qué hacemos, corazón, porque envejezcas?
¿Cuándo envejeces, alma?
He amado sucesivas floraciones
del mismo tronco o de la misma rama
y dirigí cumplidos a las nietas
de las mujeres en un tiempo amadas.
Pues soy como la tierra: nunca viejo
y muy capaz a todas de guardarlas.
Siento el influjo de la primvavera
como si fuera el suelo de mi patria.
Ya tengo medio siglo y sin embargo
los ojos se me van tras las muchachas.