Barca nerudiana de Luciano Castañón

Barca, aunque tu quilla quebró el agua,
hoy varada permaneces
porque el tiempo imperturbable
pasa.

Mientras el patrón que estrenas
embadurna la comba a estribor de tu cadera,
evidencias en la rambla
tu suciedad destartalada.

Fíjate, hay a tu vera
hombres
que te ofrendan sus miradas
y palabras elogiando
tus venturosos días,
—cuando volabas—.

Ponte seria y vanidosa
porque trasciendes importancia
pese
a tu valor misérrimo en monedas,
a tu borda mordiscada
ya las ranuras —cuchillos de luz—
que agrietan la curva de tu panza.

Sin toletes, sin timón. ..
pero con corazón y alma.

Residual barca en paz
que alimentas la esperanza
de tu casi mendigo nuevo dueño,
mereces —aunque no pesques, aunque naufragues—
una oda nerudiana;
dada tu inevitable muerte
(si el patrón quisiera ver
vería que es evidente),
¿hallarás quién te la haga?