Córdoba inconsciente como estatua de mármol
diosa de la belleza humana entre la cal de la calle
paraíso de la mirada.
¿Cómo nace la hermosura de ti?
¿Cómo se muda, tu áspero y calizo espíritu en tu mármol humano?
Mala leche de piedra
que en la forma de Atenas tallas cuerpos de ensueño
con escándalo de tu mente prohibitiva.
Por tus calles estrechas de tabernas y néctares de oro,
paraíso de vírgenes y efebos trashumantes,
el canon pisa tu pensar de rejas y cadenas,
las estatuas andando, trajinando los dioses
un Olimpo te llena.
Y la belleza pura
las huellas de Dyonisos planta
en tu caliza basta, castellana.