Caballo de Guernica (53) de Guillermo Pilía

En medio del bullicio de la tarde
puedo escuchar mi voz,
pura herrumbre de puerto abandonado.

Y es como si buscara en tierra firme
la soledad de las aguas abiertas
donde nacen las islas.

Ansias de clara palabra, de sílaba
de acento luminoso,
como moneda en la taza de un ciego.