Carne de Alan Mills

La carne piensa y no llora.
JUAN GELMAN

«La carne piensa», dijimos,
recordando a alguien
que ya olvidamos.
Y es la sangre
la que construye el instinto
y es el instinto
el que seduce a la muerte
y es la muerte
la que desata la sangre
y es la sangre
la que comprueba la vida.
Todo es circular,
todo vuelve.
(Decir que todo cambia
es una obviedad:
no está claro por qué
decirlo renueva la esperanza).
Los ojos de una madre
delatan que piensa en los hijos
aun cuando no piensa en ellos.
La carne recuerda y es ajena
a cualquier renunciación.
La verdad reside
en el brillo del cuchillo,
duele como la mordida
de un perro agotado de sueños.
Esta carne se somete al filo
y otras carnes alrededor de la tierra
lloran/ sangran
sin saber por qué.