Chef – d’Oeuvre de Alfredo Lavergne

Nada cambia.
Bajo
Me detengo
En una población en blanco
En uno de esos caseríos marcados con un nombre
En una ciudad que soporta
Invitaciones Desembarcos Aterrizajes
De demasiados países
O en una de las astillas del encanto de la naturaleza.
Cruzo la calle Culmina una trayectoria.
Meto la mano al bolsillo y entrego propina
A los movimientos imaginarios
Que en las esquinas Agradecen y envidian.