Columbia. Sorbona. (Primavera 1968) de Lourdes Casal

Seamos soberbios,
insolentes
¡ahora!

Seamos impacientes
intransigentes,
intolerantes,
¡ahora!

En estos días
en que aun podemos
lanzarnos hacia el futuro
sin pesados lastres en los tobillos
sin vientres demasiado abombados,
o la pátina de oro sobre las pestañas,
pues sólo el que no respeta la realidad
puede cambiarla.

La realidad es como un vieja prostituta,
a la hay que conocer y pagar su precio
pero tenerla por lo que es,
y desecharla cuando llegue el momento,
o reconstruirla y hacerla princesa con la imaginación
y hasta quizás ¡milagro!, hacerla princesa de veras.

Este es el tiempo de ser osados.
Después de cierta edad,
todo se vuelve pornográfico.