Cuervo esperó a que Ulises se volviera
gusano, y Cuervo lo comió.
Luchando con las dos víboras de Hércules
asfixió sin querer a Deyanira.
El oro que rindieron las cenizas de Hércules
es ahora electrodo en los sesos de Cuervo.
Bebiendo sangre de Beowulfo y abrigándose
con su piel, Cuervo alterna con fantasmas.
Sus alas son el lomo rígido de su libro,
él mismo única página, toda ella de tinta.
Por eso mira al fondo del pasado
como un gitano el vidrio del futuro,
o un leopardo la selva pingüe.
Versión de Jesús Pardo