Como barcos anclados en un mar cerezo
duermen sobre mi mesilla
versos de Cavafis, Borges, Pavese.
En las costas de Fisterra, al anochecer,
las madres de los marineros encienden infinitas velas
para que iluminen con su luz
la travesía de los barcos
que se desvanecen sin memoria
en el horizonte.
El tiempo palidece tembloroso
enjaulado en quinqués cubiertos de herrumbre.
Recuerdo unos versos;
También la noche se te asemeja.
Sobre mi mesilla surgen barcos en forma de palabras
que navegan de regreso
y desbaratan la noche.