Derribado el crepúsculo se alza
el hueco de tu frente en el ensueño
por el ámbito oscuro de la alcoba.
Tu perfil transfundido se dibuja
en la pared de cal, y dulcemente
en su blancor se unen nuestras sombras.
No hay derrota en el gesto: soplo somos
compañeros de viaje hacia un poema
fugitivos anclados en un verso.