La vida transcurre,
deslizado murciélago
de noches cerradas.
Al final de una gruta
una fuente y un árbol pispilean;
mariposas de musgo
se acercan.
¡Nunca mas el agua repite el mismo curso!
Hojas caen en los remolinos
del tiempo,
mientras el aire, tranquilo demiurgo,
hijo del éter,
vigila sigiloso
el aleteo de todo lo que existe.