Oigo tu voz muy remota:
¿Me llamas por la alameda
al fondo, donde las hojas
o fulgen de brisa o tiemblan?
¿O me llamas desde arriba,
desde mi memoria, desde
tu propio silencio, íntima
delicia de conocerte?
¿Por qué me llamas, si sabes
que me tienes, que nos somos,
que después que me miraste
desde tu voz te respondo?