La vida no me deja cortejar a mi muerte
esa fiel compañera del café cotidiano
El eterno angustiado se paró en el sendero
sucumbiendo a un altivo
‘no serviré’ de su alma:
no fue fiel a la vida
Y qué es ésta sino la biografía de un soplo
que no vemos pero nos ve y nos roza
invitando a seguirlo
con avidez de flecha
que apunta con su ser todo hacia el sueño