El corazón de Julio César Aguilar

Amanece
tras un instante
y otro
ritmando sueños,
silbándole al sol
la memoria
de una leyenda.

Alza
su propio eco
hacia el más alto pino
de la noche lenta.

Bajo
el aliento palpitante
de la muerte
renace siempre
amaneciendo.