El general a veces nos decía de Eliseo Diego

El general a veces nos decía
extendiendo sus manos transparentes:
«así fue que lo vimo aquel día
en la tranqula lluvia indiferente

sobre el negro caballo memorable».
Suavizaba la sombra del alero
su camisa de nieve irreprochable
y el arco duro del perfil severo.

Y mientras en el patio de azul fino
cercana renaciá la tristeza
del platanal con sus nocturnos roces,

más allá de las palmas y el camino,
limpiamente ceñida su pobreza,
pasaban en silencio nuestros dioses.