Ciego que ve, hambriento que mantiene;
burro en la chilla, en la opulencia mula;
abate al pobre, al poderoso adula,
y es enano o titán, según conviene.
La vanidad que mata lo sostiene;
y como falso su conciencia anula;
si tiene una virtud la disimula,
y finge poseer lo que no tiene.
Tal es el hombre. Pérfidas pasiones
le invaden de la planta a los cabellos…
todos iguales son, falsos, bribones;
quién los conoce debe aborrecellos;
y el coplero que firma estos renglones,
es lo mismo o peor que todos ellos.