El hombre de Manuel Felipe Rugeles

Este Hombre es el mismo que conocen los siglos.

Vencedor o vencido, filósofo o esclavo,

justo o impenitente, conforme o vengativo.

Este hombre es el mismo

que ha tirado el guijarro o ha aromado la venda,

que ha escondido el puñal o ha cortado la rosa,

que ha erigido el patíbulo o ha apagado la hoguera.

El que avivó la ira o prendió la alegría;

el que vistió la púrpura o el que anduvo desnudo

o lloró frente al mar o atizó la tormenta.

El mismo, el mismo hombre

que salvó las palomas o arruinó las abejas;

el del vaso de oro o el manjar de lujuria;

el que bebió del cielo o se hartó de la tierra.

El mismo, el mismo hombre

de la ardiente cruzada o el de voz tumultuaria;

el bandido o el mártir; el héroe o el misántropo;

el de lámpara o cruz o bandera en la diestra.

O el que desesperado sin esperar blasfema,

o el que ha hundido sus labios en la herida de Cristo

o el que ahoga su llanto profético en la sombra

o el que mide su vida por un grano de trigo.

Todos el mismo hombre que conocen los siglos.

Y en la historia o la fábula diciéndonos hermanos.

Y tú, Dios, perdonando la mentira y el odio

y la sangre vertida que corre en nuestras manos.