A mi madre, Dolores Villanueva, viuda de Acuña,
aquí yacente desde 1905.
Ya estoy contigo, madre; nuestras vidas
caminaron por sendas diferentes,
llegando, al fin, cansadas y dolientes,
á dormir en la muerte, confundidas.
Por filial y materno amor unidas,
queden en paz eterna nuestras mentes,
cual dos opuestas ramas ó corrientes
de un solo tronco ó manantial nacidas.
¡No despertemos nunca, madre amada!
¡Más sí al mandato del poder divino
el yo consciente surge de la nada,
uniendo tu destino á mi destino,
llévame entre tus brazos enlazada
y sigamos las dos igual camino!
Rosario de Acuña, muerta en 19…