Canto del corazón, que en la noche
poblada de mitos se une
al silencio de la llanura,
al sueño de los potros, a la vigilia
de las aves de los campanarios:
en esta encrucijada del recuerdo
que llamamos infancia,
vuelve tu confusión de aguas y tierras,
de tiempos de aprendizaje, de tiempos
de visitación y vendimia.
Canto del corazón: en tus regiones
somos de nuevo como un dios niño
persiguiendo a su hermana,
como el temor al huracán y el amor a las islas
que naufragaban en el delta.