Epigrama XXXI (Para Casia) de Manuel José Arce Leal

Conmigo, en el amor, mi dulce Casia
es más que Cicerón en la tribuna:
conoce los secretos de la cama,
es entusiasta y única.

Mas su torpe marido
la olvlidó y sólo busca cortesanas de puerto.

Qué sabio fue quien dijo
que no es la amrgarita para el cerdo.