la noche ha terminado
y no hay agua que enjuague
tu rastro de mi cuerpo
las cardas de tinieblas
en mis hombros
son el beso de un lago de brea
la brea de un beso de sombras
las sombras de tu oscura saliva
no sé cómo sacarme las huellas
de tus dientes
esos monjes hincados en los muelles del cuello
esos muelles que velan
la huella de la noche
no quiero que te vayas
no me quites la mano que te toca
este gajo jugoso
este toque de pelvis
que no puede borrarte
y que te ama