Esta mano que hoy coge la pluma
como si fuera llave del futuro
o conociera la voz de mi pasado
ha de ser mañana hueso desnudo,
inmóvil para siempre, solitario.
Y más tarde será menos:
polvo con calcio, mudo, amarillento.
Esta mano que escribe obediente
palabras, silencios, sombras
que vienen de muy lejos está ahora,
mientras escribe, muriendo.
***
¿Quedará su piel suave en un poema?
¿vivirá su belleza entre los versos
que hoy escribe febril como al dictado?