Supongo que ser libre es estar solo,
aceptar la violencia con que la noche cae,
sin otra compañía que la noche.
Nadie depende ahora de mí. No tengo planes.
Tampoco estoy seguro de la eternidad,
pero conozco, al menos, mis limitaciones.
Sé lo que quise o que fingí querer
manipulando a veces mi memoria.
Y aquí, sentado, espero mi bebida
entre rostros extraños que me ignoran.
Oigo el confuso parloteo de los comensales
y distingo con nitidez una pequeña ardilla desde la
ventana.
Juega en el parque, entre la nieve y no
sabe siquiera que es abril y hace frío.
La luz resbala por sus ojos, como
gotas de lluvia. Abre tu puerta dice ,
y no te ocultes en la oscuridad.
Un falso sol que tiembla en el invernadero
tiñe de azul las lilas y los potos.
Saludo sin pasión a un árbol solitario.
Son malos tiempos para la ternura.