(Fragmentos)
En torres de cristal campanas de oro
Repicaron el alba de tu muerte.
En estuarios de luz dio el sol su lloro.
No ya en violas de tristeza inerte;
Labró de lazulitas sus terlices
Y topacios la pena de perderte.
(Fragmentos)
En torres de cristal campanas de oro
Repicaron el alba de tu muerte.
En estuarios de luz dio el sol su lloro.
No ya en violas de tristeza inerte;
Labró de lazulitas sus terlices
Y topacios la pena de perderte.
En la desolada tarde,
Claribel,
Al claror de un sol que no arde,
Claribel,
me vuelve el amante alarde,
aunque todo dice «es tarde
Claribel».
Lleva en sus alas el viento,
Claribel,
tu nombre como un lamento
Claribel,
y en vano mis ansias siento
volar tras aquel concento,
Claribel.
Jamás dolor más noble
vibró en la fibra!
Así insonora vibra
el alto roble!
Era Beethoven
dolor siempre sonoro
y siempre joven!
3.
Nadie ha visto el milagro
Del primer día,
Cuando en el sutil agro
Amanecia!
Ojos huraños!
Esta aurora es la misma
que hace mil años!
5.
Llora perlas la vida
Cuando amanece,
Y en perlas guarnecida
Se desvanece!
Guarda la tierra larvas
y el aire giros.
Pasan leves suspiros
y sombras parvas.
Así al destino
canto el último huayño
el cierzo andino!
Yo fui el orgullo como se es la cumbre,
Y fue mi juventud el mar que canta.
No surge el astro ya sobre la cumbre?
Por qué soy como un mar que ya no canto?
No rías, Mevio, de mirar la cumbre
ni escupas sobre el mar que ya no canta.
Romance aymara
Qué sabor tiene el perfume
que exhala tu oscura tez
Como una flor se consume
mi beso en tu oscura tez.
Qué tibio imán invencible
envuelve tu oscura tez?
Una víbora invisible
virtió su magia en tu fez!
Regia flor escarlata
del Ande innata,
su tinte en que el sol brinca
consagra al Inca.
Toda doncella
de fiera sangre India
renace en ella!
PROVERBIO
1
Luz de la tarde, tórtola que añora
Plañir del mar, otoño que se dora!
Nada hay mas dulce ni mas triste a un tiempo
Que ese amor de mujer que ruega y llora!
4
Ni lloro trágico ni heroica risa.
9.
Vino nuevo en las bocas
Vierten sus cantaras
¡Caen las rosas locas
De sus alcántaras,
Y en dulce juego
Es caricia de nieve
Su eterno fuego!
12.
Pliega toda alma irónica
A su centella;
La palabra sardónica
Expira ante ella.