La leyenda de Fatumech de Gunnar Ekelöf

Collar de perlas (Nazm)

2. Como si el mar
lanzase los brazos tras de mí
en torno a mí
en mi habitación, por la noche
-como si el mar se me enroscase
con sus brazos sonoros
El mar me acaricia
El mar me abraza

* * *

4. Me topé con un vendedor de cordones de zapatos
en una callejuela del zoco
Quería venderme unos cordones
a mí que no tengo zapatos
cordones rojos, negros, de algodón, de seda
No veía que iba descalza
Este hombre tenía que estar ciego o loco
o quizá fuese ese cuerdo
Nos saludamos
con el signo que significa «Ya sabes».
Y ambos nos echamos a reír

* * *

7. No, las almas no se hablan
unas a otras
de manera diferente que los pájaros
Y los pájaros no se hablan
de manera diferente que las almas
Mientras nuestro oído necesita
una multitud de palabras
de sonidos laboriosamente ensamblados
para que lo dicho llegue a su destino
les bastan a ellos unos pocos
les basta con variar su intensidad
variar su acento

* * *

10. Tus ojos son brasas
de vino tinto
¿Cómo podré apagarlos?
Únicamente bebiéndolos como de una copa
con besos
uno tras otro-
Entonces tú los vuelves a llenar
del vino amarillo
que más me gusta.

* * *

27. Sufrir es difícil
Sufrir sin amar es difícil
Amar sin sufrir no es posible
Amar es difícil.

Versiones de Francisco J. Uriz