Justo a la vuelta
de la calle ancha
que lleva al cementerio
está ella
con sonrisa de geranio
Corre para esconderse
de los buscadores
de duendes y alucinados
Se sienta
a ver el árbol del arriate
y se va con el sanate
al charco más cercano
Tiene olfato de sabueso
para encontrar el arcoiris
y el pan de media noche